Poesía visual
Por Manuel Ramírez para Forbes Perú

“La naturaleza enigmática de los sueños se trasciende en la obra del artista peruano Máximo Laura, quien logra llevar el tejido artesanal a los ámbitos del arte contemporáneo”.

El paisaje está dominado por amplios paisajes que culminan en un rústico edificio de estilo colonial. Un poco más allá, las majestuosas montañas del Valle Sagrado se alzan como esperando escuchar lo que Máximo Laura tiene que decir.
El galardonado maestro tejedor de tapices se toma un momento de su clase (a la que asisten estadounidenses, canadienses, australianos, holandeses, chilenos y argentinos para aprender lo que él llama “la técnica Laura”) para reunirse con Forbes Life.
El propósito es acercarse a la obra de una artista textil que, a través de la preservación del simbolismo precolombino, impulsa una búsqueda permanente por contextualizar el mundo desde una perspectiva diferente y original que transmita la naturaleza enigmática de los sueños.

Proveniente de una familia que lleva cinco generaciones practicando este oficio ancestral, se ha dedicado al tejido desde niño. Pero a medida que crecía, su deseo de expresarse de forma diferente se acrecentó.
Más tarde conoció a figuras como Kela Cremaschi, quien le enseñó a descomponer las estructuras básicas del tejido. Luego se topó con el arte textil contemporáneo, que le abrió nuevos horizontes y le permitió elevar esta disciplina a una forma de expresión artística.
“Combinando mi pasión por el dibujo y la pintura, me enamoré de ello. Y aquí estoy, después de más de 50 años, inmersa en el tejido”, dice la maestra con una sonrisa sincera.
“La parte creativa es la que rompe la barrera tan delgada y sutil entre el arte y la artesanía”.
– Máximo Laura

Un legado que trasciende
Aunque tanto el arte como la artesanía utilizan los mismos materiales y colores, la diferencia radica en los principios estéticos. Según Máximo Laura, una obra de arte, como cualquier arte visual, tiene varios elementos, uno de los cuales es la creatividad.
Esto significa: quién lo hace, cómo lo hace y qué patrones sigue. Generalmente, esta es la línea que define ambas prácticas.
Para el reconocido artista peruano, es en el ámbito del diseño donde se traspasan los límites de la artesanía, una práctica que implica la creación repetitiva de múltiples piezas. Sin embargo, cuando se trata de una pieza completamente nueva e irrepetible, basada en principios de estética, composición y desarrollo, "ahí es donde se rompe esta delgada y sutil barrera y entramos en el ámbito del arte", explica.


Debido a la complejidad del trabajo, una pieza de colección puede tardar entre dos meses y un año en completarse, dependiendo de su tamaño, las técnicas utilizadas y la cantidad de colores.
Por esta razón, desde la década de 1980, cuando dejó Ayacucho para mudarse a Lima, el maestro decidió establecer allí su taller. Allí, debido a la naturaleza del oficio y su ritmo lento, implementó un sistema que le permitió desarrollar su trabajo con la ayuda de otros a quienes formó. «Considero el tapiz como un proyecto en el que se pueden detallar todos los pasos para su creación… y algunas partes se pueden transferir o delegar a otros, especializándolos», explica.
Esta peculiaridad le permite también seguir transmitiendo sus conocimientos a través de la docencia, pues reconoce que este camino forma parte de su filosofía de vida.
Una fuente de inspiración
Aunque su primer contacto con este arte fue a través de los textiles precolombinos, Laura admite que esta característica solo perduró brevemente en su obra. A medida que investigaba más y conocía a otros artistas peruanos, como Fernando de Szyszlo o Gerardo Chávez, sus intereses comenzaron a orientarse hacia otras áreas, cada vez más hacia el diseño contemporáneo.
“La obra precolombina fue una primera etapa, fue mi primera influencia y aún hoy me sirve más como fuente de inspiración por los elementos simbólicos, que son muy poderosos”, comenta.
Éste es el origen de su extensa obra, parte de la cual fue exhibida recientemente en Chicago bajo el título Un viaje en el tiempo de los sueños.


“Al combinar mi pasión por el dibujo y la pintura, me enamoré por completo. Y aquí estoy, después de más de 50 años inmersa en el tejido”, dice la maestra con una sonrisa sincera.
El maestro menciona que algunas de las piezas de la exposición podrían seguir exhibiéndose en esta ciudad, debido al interés de la Cancillería peruana en que la obra de los artistas peruanos siga siendo promovida en Estados Unidos.
El artista ayacuchano, que ha expuesto más de 140 veces en 29 países del mundo, también participará próximamente en ferias de arte representando a su país.
Leer más sobre Máximo Laura
Para apreciar su obra al visitar Perú, el Museo Máximo Laura, ubicado en Cusco, está abierto todo el año.
En este pequeño espacio lleno de magia y color, se exhiben más de 200 obras, además de videos e infografías que permiten al visitante acercarse a un legado que ha trascendido las fronteras peruanas.
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En muchos pueblos del Perú, el tiempo se ha detenido. Los indígenas visten con orgullo la vestimenta tradicional que identifica a su región y comunidad.
Revista Wild Fibers
En una cultura con una espectacular y centenaria tradición textil, los tapices del Maestro Máximo Laura destacan entre los demás.
Revista Fiber Arts
El arte de Máximo Laura se arraiga en la historia global del tejido. Técnicas tradicionales como el Aubusson, el soumak, el kilim y el anillado proporcionan el contexto.
Tienda de tapices
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